Y 茅l mismo constituy贸 a unos, ap贸stoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificaci贸n del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un var贸n perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos ni帽os fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para enga帽ar emplean con astucia las artima帽as del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre s铆 por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, seg煤n la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edific谩ndose en amor.

(Efesios 4:11-16, RVR 1960)

Para m铆, este pasaje es uno de los m谩s importantes y fundamentales de las Escrituras que trata del ministerio de ense帽anza de la iglesia. Todav铆a recuerdo la primera vez que le铆 el libro de Ray Stedman, Body Life (Gospel Light, 1972), que se centraba en los pasajes acerca del Cuerpo de Cristo en el Nuevo Testamento. Estos pasajes han hecho crecer de manera radical mi comprensi贸n de la iglesia y de c贸mo necesita ser edificada. Efesios 4:11-16 era uno de esos pasajes.

Comencemos este devocional con una pregunta: 驴Qu茅 ves cuando observas a los miembros de tu grupo de estudio b铆blico?

Nuestra respuesta a esta pregunta influye en los objetivos de nuestra ense帽anza y en c贸mo evaluamos la eficacia de un ministerio de ense帽anza.[1] Si pensamos en los miembros de nuestro grupo como personas que quieren, o necesitan, saber m谩s sobre la Biblia, ense帽amos con ciertos objetivos en mente. Pero si pensamos en ellos como miembros activos de la iglesia que necesitan ser perfeccionados para el ministerio, ense帽amos con algunos objetivos diferentes. En ambos casos, queremos que entiendan mejor las Escrituras y c贸mo Dios quiere usarlas para guiar sus vidas, pero cada enfoque ve la aplicaci贸n de ese conocimiento de manera diferente. Desde la perspectiva de Pablo, el ministerio de ense帽anza de la iglesia no consiste simplemente en crear un grupo de eruditos b铆blicos conocedores; m谩s bien, el objetivo m谩s profundo es equipar a cada miembro de la iglesia para los diferentes ministerios a los que Dios les llama. En este pasaje, Pablo identifica tres aspectos diferentes de c贸mo el prop贸sito de nuestra ense帽anza es edificar el Cuerpo de Cristo.

La unidad. En una 茅poca en la que la Iglesia estaba formada por personas de or铆genes y estatus muy diferentes, Pablo subraya que uno de los objetivos de nuestra ense帽anza es hacer crecer la unidad dentro del Cuerpo. Jes煤s or贸 por nuestra unidad (Juan 17:20-23), diciendo que ayudar铆a a convencer al mundo de que el Padre envi贸 a Jes煤s y nos ama. Antes, en este mismo pasaje, Pablo subraya la importancia de nuestra unidad en el Esp铆ritu y de nuestros esfuerzos por mantenerla a pesar de nuestras diferencias. Nuestros ministerios de ense帽anza pretenden unirnos en torno a 芦un Se帽or, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.禄 (Efesios 4:5-6). Podemos tener algunas diferencias en nuestra comprensi贸n de algunos aspectos de las Escrituras, pero estamos unidos en las creencias fundamentales que han guiado a la Iglesia a lo largo de los siglos. Jes煤s consider贸 nuestra unidad tan importante que or贸 por ella, y Dios utiliza a los pastores-maestros para fomentar su crecimiento.

La madurez. Pablo contrasta la inestabilidad de la inmadurez (zarandeada por las olas, arrastrada por el viento, enga帽ada por la astucia humana) con la plenitud de la estatura de Cristo. Una 芦humanidad madura禄 es firme en aguas agitadas, estable en el viento, no se deja enga帽ar por la astucia de los dem谩s. As铆, otro objetivo de nuestra ense帽anza es equipar a otros para discernir la verdad, reconocer el error y no dejarse llevar por falsas ense帽anzas.

El amor. Cuando hablamos la verdad en el amor, creciendo en todos los sentidos para ser como Cristo, y cuando usamos Sus dones en beneficio de los dem谩s en el cuerpo, Dios hace que el cuerpo crezca para que tambi茅n sea edificado en el amor. Dios es la fuente de ese amor, y a medida que crecemos en Cristo, 脡l nos ayuda a amarle a 脡l, y a nuestros hermanos y hermanas en Cristo, m谩s plenamente. De este modo, cumplimos cada vez m谩s los dos aspectos del Gran Mandamiento: 芦Amar谩s al Se帽or tu Dios con todo tu coraz贸n, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amar谩s a tu pr贸jimo como a ti mismo.禄 (Mateo 22: 37-39).

Estamos llamados a preparar al pueblo de Dios, para que juntos podamos crecer en unidad, madurez y amor. Nunca debemos conformarnos s贸lo con el conocimiento de la Biblia, por importante que sea. Debemos perfeccionar a los santos para que usen ese conocimiento b铆blico con el prop贸sito del ministerio, para edificar el Cuerpo de Cristo. Ruego que hagas de esto tu meta, tu pasi贸n, tu oraci贸n.

Padre, estoy muy agradecido por aquellos a quienes has llamado para ense帽arme y perfeccionarme para la obra del ministerio. Ay煤dame, a trav茅s de mi propia ense帽anza, a perfeccionar y animar a otros a buscar la unidad como Tu pueblo, la madurez juntos en Cristo, y el amor por ti y por los dem谩s. Ay煤dame a amar a los que ense帽o y a decir la verdad en el amor. Perd贸name cuando me conformo con menos que esto. Gracias por Tus dones para edificar Tu iglesia. Am茅n.


Notas

[1] Tomo prestada esta idea de la "imaginaci贸n educativa" del libro Educating Clergy :Teaching Practices and Pastoral Imagination (Jossey-Bass, 2005), de Charles R. Foster, Lisa E. Dahill, Lawrence A. Golemaon y Barbara Wang Tolentino.